...¿Hasta dónde te permitís volar?...



lunes, 14 de noviembre de 2011

MuchaRisaPaQue no nos duela n a d a

~ Y otra vez soñás, y otra vez imaginás.

Y la pared existe invariable.

Te duele, el golpe no afloja,
siempre es duro.

Y te lamentás, que otra vez te dejaste impulsar.

Y jurás que no te van a empujar otra vez,
que no te van a convencer, y te desarmás ante la primer palmada.

Te dejás llevar...

Ay,,,





lunes, 3 de octubre de 2011

Ellos Dos.

Tanteando, lento, a duras penas, apoyándose pesadamente sobre el bastón, logra llegar hasta el banco de piedra. Duelen los huesos, duelen los músculos, duele la cadera, pero sentarse ahí vale la pena. No recuerda por qué, pero sabe que hay una muy buena razón.
A través de sus anteojos gruesos mira el cielo azul celeste hasta que el sol quema en las retinas. Guarda los lentes, cierra los ojos y sigue mirando detrás de los párpados.
Siente un perfume conocido, casi salido de un recuerdo. Sonríe. No sabe por qué, pero sonríe. Hay algo de los olores de otras épocas que le hace doler el alma, como si despidiera para siempre a un buen amigo. Pero este no, le hace cosquillas en el estómago, le lleva una alegría de esas inexplicables.
Se escuchan pasos apagados y un murmullo. Sonidos de maíz cayendo sobre el suelo de tierra. Sonidos de batir de alas. Susurros de palomas compitiendo como si buscaran ser las favoritas. El perfume se hace más fuerte, y parece que el sol brillara más. La alegróa casi ajena que lo invade crece aún más, y ni siquiera el ulular de las palomas lo molesta, como si fuera el más glorioso canto de aves.
Un mujer arruga la bolsa de maíz ya vacía y se le sienta al lado. Sus huesos también crujen, su cabello también es blanco y escaso, sus mejillas también caen, arrugadas. Y también tiene una mínima sonrisa.
Él se esfuerza por girarse, y, apoyado sobre el bastón, la mira con sus ojos desgastados. Ahora su sonrisa misteriosa no viene ni del aroma, ni del brillo del sol, ni del cantar de las palomas. Ahora ella es la fuente de la alegría. Y también es fuente de luz, de melodías, de calidez... hasta parece desprender ese olor a jazmines.

Ella tarda en notar que él la observa. Los años pesan, y cada vez cuenta más sentir. Evita todavía el encuentro de las miradas, está nerviosa, colorada, como si tuviera quince años otra vez.  Sonríe, sin saber por qué, sin saber que le sonríen a ella desde la otra punta del banco.
Sigue mirando el suelo, pero algo la llama.
Con pesadez, pero sin perder su delicadeza de dama, levanta los ojos y lo mira. Se miran. Se sonríen. Se sienten.

Un bar. Una canción. Una carta.
Un poema, una nota, una flor. Un juego, una cena, una noche, una charla, otra charla, una risa, una lágrima, un secreto, una lágrima. Un pedido. Un momento. Otra lágrima pero de felicidad.
Ella tiene la vista borrosa, pero no solo por el tiempo, sino por la emoción. Le toca la cara con una mano anciana, antigua, de venas marcadas y dedos hinchados. Un anillo dorado destella en su dedo.

Él le besa la mano. No, no recuerda, pero tampoco necesita recordar. Recostada su mejilla en esa mano, su mundo se completa. Fija la mirada en esos ojos sonrientes, y deja caer esa gota desde los suyos, esa gota cargada de sentimientos.
Toma la mano de ella entre las suyas. Sus anillos se encuentras y brillan juntos bajo el sol. No hace falta recordar ni comprender, toda esa vida juntos se vuelve a vivir en cada mirada, en cada latido de esos corazones que, a pesar del esfuerzo, siguen palpitando con amor adolescente. Cada instante envuelve toda una vida, y en ese gesto ellos eligen volver a compartir sus instantes.
Se sonríen otra vez y apartan las miradas.
Las manos aún entrelazadas, cierran los ojos y miran al sol.




Nunca Nadie me dio tanta Luz...
Felices seis meses, mi sol.

martes, 19 de julio de 2011

Cielo para dos.

Fue mirarte a los ojos, y ver la Luz.
Fue tocar tu piel, y desarmarme.
Estar con vos, fue como volar..
El cielo se sentía cerca,
rozar las estrellas no pareció imposible.

Tu voz y las arpas eran uno,
el sonido más hermoso, una caricia.
Tenerte al lado mío era Paz,
eras un sueño para no despertar...


Reír con vos, imaginar con vos,
llorar en tu hombro
y luchar al lado tuyo,
Pensar en vos, escucharte hablar,
sentirte latir, mirar tu Alma en cada sonrisa...



Tenerte al lado mío es hoy Paraíso,
y la Eternidad con vos...
La verdad, no suena nada mal... ~

G

Hubo una muchacha que amó a un gitano.
No era gitano por su piel, ni por sus santos. Era gitano porqe no venía de ningún lugar, ni tenía lugar al que ir.
Ella lo amó, y él se marchó,porque vivía para partir.
Se marchó, porqe el mundo así lo quiso.
Ella llora lágrimas duras, y lleva en su vientre sangre amarga. Hoy su Alma es gitana, y vive para partir.

martes, 22 de marzo de 2011

Siempre más que vos...

Sueño con abrazarte, te pienso con locura,
tu recuerdo me alimenta, me da vida...
Y vos como si nada.
Verme te alegra, pero no verme no te mata como a mí.
Extrañarme es algo dulce, pero extrañarte ya me empalagó.

Yo te hago bien, vos me hacés f a l t a.

Cada respiración me recuerda que no es la tuya,
cada sonido me demuestra qe no es tu voz,
cada canción me cuenta nuestra historia...
Y vos no sentís igual.

Con vos a este juego ya no juego,
corrés con la ventaja de que mi locura pesa demasiado,
y tenés la seguridad de que voy para perder.

Una sola mirada me desarma, una sola palabra me derrite ,
y voy otra vez, vacía, sin sabor, sin lugar a donde ir,
nada.. nada ... más que vos...

Y siempre así, siempre vuelvo, siempre vos y siempre yo
Siempre tanto y siempre nada,
Siempre poco y siempre demasiado
Siempre te quiero... Siempre te necesito...
Siempre más que vos...



Pero me encantó tu pueblo,
y tu boca estrellada,
tu sonrisa iluminada y tus brazos abiertos
tu sueño despierto y tu yerba lavada...
Y verte más qe nada...

sábado, 8 de enero de 2011

Y un tango tan Gris...

Tantos tableros sin piezas para mover
Tantos tréboles de tres hojas
Tantas pelotas pinchadas
tiradas en el fondo del armario

Tantas canciones sin terminar
y tantos poemas sin escribir,
tantas ideas volando sin dejarse ver
Tantas guerras perdidas
y batallas sin vencedor
Tantos acordes mudos
en una guitarra sin cuerdas

Tantas fundas llenas de polvo,
tanto polvo de desgaste...

Tantas horas perdidas,
tantas promesas sin cumplir,
tantos sueños guardados en los cajones,
tantas esperanzas agonizando

Tantos viajes frustrados,
tantos caminos truncados
Tantas rutas sin caminar
Tantas montañas que no vienen a mí

Tanto cristal rayado,
tanto vidrio roto de alguna vez que valió la pena
Tanto partido perdido por tirar la pelota afuera.

Te convertí en todo y eras menos que una parte
Hoy bebo gotas del fondo del vaso
y sólo quedan retazos esparcidos,
ni un recuerdo, ni un beso, ni un amor.

Las rosas se secaron y el tiempo voló,
me quedan partes de lo que fue y tu presencia se extingue.